Querer morir o querer vivir, ¿qué marca la diferencia?

La dimensión social del hombre es fundamental para su desarrollo como persona. Necesitamos sentirnos pertenecientes e integrados en un sistema a partir del cual desarrollamos nuestra identidad personal. Cuando no es así, cuando es la desvinculación o el desarraigo el que domina la relación con el entorno personal, aparece el aislamiento, que se manifiesta en la falta de interés por los demás, la comunicación escasa y deficiente, el encerramiento en sí mismo favorecido por el fortalecimiento de mecanismos de defensa que acrecientan el muro ante la vida y el deseo de morir.
Los modelos aprendidos referentes al modo de afrontar las dificultades suponen un referente poderoso, así la imitación de repertorios de respuestas ante el estrés puede dar como resultado la muerte en los casos en los que personas significativas, en el dilema entre morir o vivir, optaron por el suicidio. Por tanto, lo que marca la diferencia entre querer vivir y querer morir es el sentimiento de pertenencia a un grupo, a partir del cual desarrollamos nuestra identidad personal.
Autora:MARÍA GUERRERO ESCUSA
Psicóloga y profesora de la Universidad de Murcia

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